Hace muchos años, alguien me platico una historia, de hecho, fue uno de mis maestros en la universidad, el comento, que todo lo que nos pasaba, definitivamente, dependía exclusivamente de nosotros, a lo que muchos de nosotros, protestamos, y el calmadamente nos platico una historia.
En una de las tantas aldeas del tibet, existían dos niños que estabas estudiando en esta aldea, pero, un buen día, uno de los niños, cuyo pensamiento era en cómo hacer ver faltar al maestro, que siempre tenía una respuesta, su tarea era buscar, que el maestro se equivocara, así que le dijo a uno de sus compañeros, mira, tengo una mariposa en mis manos, la pondré en mis manos y estas detrás de mi, le preguntare al maestro si la mariposa en mis manos está viva o muerta, si él me dice que está viva, aplasto mis manos y la mariposa morirá, si dice que está muerta, pues, abro las manos y esta vivirá, así que, el maestro se equivocara responda lo que responda, así pues, los niños fueron con el maestro.
El maestro estaba meditando en la plazuela de una de las chozas, así que llegaron los niños y sin más, le sueltan la pregunta, maestro;
Maestro, en mis manos tengo una mariposa y quiero preguntarle, usted lo sabe todo, así que no será difícil que responda, ¿está muerta o está viva la mariposa?
El maestro responde después de un momento de silencio…
La vida de la mariposa, está en tus manos, tú tienes la opción de que viva o muera.
El alumno se queda sin respuesta y se va.
La vida hoy en día, es exactamente igual, tú decides si salva tu alma aceptando a Jesucristo como tu salvador personal o sigues el camino de la puerta ancha que te llevara al infierno eterno; la buena noticia es que Jesucristo vino a darte vida nueva.
Juan 3.16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna”.
2da Pedro 3:9 dice claramente que Dios no quiere «que ninguno perezca, sino que TODOS procedan al arrepentimiento». Todos los individuos tienen la oportunidad de elegir ser salvos o elegir rechazar esta salvación porque Cristo «es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de TODO EL MUNDO»
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Att. Juan Carela
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