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9 Condiciones para ser un Profesional de Valor

El Valor Profesional de una persona está sustentado en su Capacidad de Producción, es decir en aquello que es capaz de hacer para generar algo que tenga valor entre los demás y que pueda ser “transado” por cierto precio.

La Capacidad de Producción de una persona es el Activo Principal que tiene como agente económico inscrito en la Sociedad. Es por medio de esta Capacidad de Producción que alcanza sustento para encarar las demandas económicas que plantea la Vida. A diferencia de lo que muchos piensan no es el Empleo, el Emprendimiento o la cuenta en el Banco lo que garantiza los ingresos que cada quién necesita para solventar los gastos necesarios en la vida. El Empleo puede terminar, el Negocio fracasar o la cuenta del Banco desaparecer, pero la Capacidad de Producción acompaña a la persona siempre, y permite finalmente que todo vuelva a construirse y crecer.

La medida de beneficio que la Capacidad de Producción brinda a las personas depende del Valor que haya alcanzado. En tanto mayor sea éste Valor mayor es el rendimiento o los resultados que otorga.

Cuando la Capacidad de Producción no tiene un Valor importante la persona encuentra todo más difícil de hacer y conseguir. Y cuando ésa Capacidad no se diferencia esencialmente de otras que disputan los mismos objetivos en el Mercado, se tiene que empeñar mucho esfuerzo para hacer prevalecer intereses e inquietudes. Es posible que eventualmente se haya conseguido un Empleo interesante, un Contrato de Servicios o se haya desarrollado un buen Negocio, pero si todo esto no tiene raíces en la Capacidad de Producción, propende a ser pasajero, frágil o poco eficiente en el largo plazo. En cambio, cuando todo se desarrolla bajo la cobertura de la Capacidad de Producción propia existe mucha más probabilidad de alcanzar sostenibilidad en el tiempo y crecimiento. A ello se orienta el Profesional de Valor.

Y en esto radica la diferencia entre Prosperidad, Bienestar y Riqueza. La Prosperidad es un curso que toman las cosas, uno condicionado por el éxito en lo que se emprende, la “buena suerte” en lo que sucede o el curso favorable de las cosas. La Prosperidad consiste en tener aquello que uno quiere y necesita para su vida, ya sea en el plano material, en el plano espiritual o en ambos. La Prosperidad no es exclusiva de las personas que tienen a su nombre grandes sumas de dinero y abundantes bienes materiales, responde más bien a las expectativas de cada quién y tiene relación con aspiraciones y ambiciones. En cambio el Bienestar está asociado al factor tiempo, a la eventualidad y a la contingencia. Se puede estar bien en determinado momento o circunstancia y no en otros. Y la Riqueza es un concepto más integral, a la vez uno al que se llega de alguna manera. La Prosperidad es uno de esos caminos que puede conducir a la Riqueza, un camino amplio, firme y seguro y éste es el camino que transita el Profesional de Valor.

Para que la Capacidad de Producción alcance el mayor Valor posible, algunas condiciones básicas son las siguientes:

1.- Debe fundamentarse en dones, talentos, habilidades especiales o aptitudes particulares que tenga cada persona. Si la Capacidad de Producción se sustenta sólo en conocimiento, en estudio, aprendizaje o experiencia que no tenga raíz en algo de lo anterior, alcanza mucho menos Valor. Todas las personas tienen destrezas particulares y diferentes a las de los demás, orientaciones, inclinaciones que se manifiestan desde la cuna y la niñez. Sobre ésas fundaciones debe construirse la Capacidad de Producción. Si alguien se convierte en Ingeniero porque encuentra que ello puede ser útil en el Mercado o porque “toda la familia” así lo hace “desde siempre”, pero carece de virtudes diferenciadoras, será probablemente un “buen ingeniero” y poco más. La Profesión sustentada en dones y talentos, sean cuales fueran éstos, constituye punto de partida mucho más sólido para construir Valor. El Mejor heladero del mundo no es Pobre porque simplemente es el mejor en lo que hace, y porque ése virtuosismo se fundamenta en talentos distinguidos y en el contentamiento al ejercer su labor.

2.- Cuando la Capacidad de Producción se sustenta en virtudes que distinguen básicamente a una persona de otra, se genera un flujo inercial de energía muy beneficioso: la persona que hace algo mejor que otras tiene un estímulo natural e íntimo que la conduce permanentemente a la mejora. No depende necesariamente de factores que lleguen del entorno para que dinamicen su progreso, la energía es interna.

3.- Cuando la Capacidad de Producción se sustenta en virtudes distintivas, la persona está haciendo algo que esencialmente le gusta hacer. Ello provoca contento y éste es el punto de partida fundamental para la satisfacción, la alegría y la felicidad. Todos estos son motores incomparables para la eficiencia y la productividad.

4.- Todo aquel que quiera darle Valor a su Capacidad de Producción debe aspirar a ser el “mejor del mundo” en lo que hace. ¡Así de sencillo! En este objetivo no deben existir autolimitaciones. Nada, absolutamente nada, impide que uno aspire a ser “el mejor del mundo” en aquello que hace. Las condiciones hoy son mejores que nunca en la historia de la humanidad para que esto sea posible, o al menos constituya el camino sobre el que transite toda vida profesional. Se trate del Ingeniero Electrónico, del Médico, del Plomero, del Jardinero o, por supuesto, del Heladero; sea cual fuese el oficio, éste debe ejercerse como “el mejor del mundo”. Las personas que adoptan este camino para desarrollarse profesionalmente brillan entre los demás, son reconocidos sin hacer ningún esfuerzo para ello, son demandados sin ofrecerse, y siempre obtienen el pago que la medida de su valor representa.

5.- Así como tienen que fundamentar sus tareas de producción en talentos distinguidos, las personas que quieren darle el mayor Valor a su Capacidad de Producción deben estar muy conscientes de sus debilidades, es decir de aquello que no conocen, no saben o no pueden hacer con el mismo nivel de calidad que otros. El conocimiento de estas “debilidades” no persigue que exista resignación con respecto a ellas, busca que a su alrededor se construyan sólidas fortalezas. Son muchas las personas que en la Vida fracasan o sufren percances profesionales porque ignoran o subestiman sus debilidades y sobre ellas desarrollan buena parte de su Capacidad de Producción. Esta “suficiencia” o “soberbia profesional” quita mucho Valor a las genuinas capacidades. Lo apropiado es que sobre las debilidades se levanten sólidas estructuras de soporte recurriendo al apoyo de personas idóneas, formando equipos de trabajo, evitando situarlas en la “ruta crítica” del oficio que se desempeña y finalmente haciendo esfuerzos para sumar conocimientos y experiencias con respecto a ellas. La persona con un sólido Valor Profesional entiende siempre que la fuerza se multiplica con el concurso de muchos y por medio de la sinergia entre las tareas y destrezas del grupo. La habilidad para conseguir ayuda y el concurso de los demás es vital como contribución al Valor.

6.- Los Conocimientos que otorgan Valor a la Capacidad de Producción y suman, desarrollan y profundizan los talentos particulares no provienen solamente de las fuentes de sabiduría tradicional. El Profesional de Valor entiende que en la Vida todos son Maestros que tienen algo por enseñar, que entre aquellos que lo rodean se encuentran los conocimientos más importantes, los que nunca podrán hallarse en los libros. Para esto la humildad es un requisito de grandeza, porque solo el Profesional humilde llega a comprender que nada sabe o que le falta todo por conocer. Los títulos universitarios, los diplomas, son una fracción diminuta del conocimiento que está disponible, en realidad son la fuente más limitada, una en la que a la vez abrevan todos, casi sin distinción, suponiendo que constituye el inicio y el fin del camino. El Profesional de Valor aprende cada minuto del día en todo lugar por el que transita, en las situaciones que le acontezcan y de las criaturas con las que interactúa.

7.- Pocas cosas dan mayor Valor a la Capacidad de Producción que la Experiencia, y ésta se encuentra indefectiblemente asociada al Tiempo. El Profesional de Valor acumula experiencia como quién atesora lo más valioso que existe en el mundo y asimismo respeta a todo aquel que la tiene y puede compartirla. La Experiencia es un bien mucho más escaso que el conocimiento, y mucho más valioso, porque en todo caso es precisamente conocimiento sometido a las pruebas de la vida. Es desde la Experiencia que se llega a la Sabiduría, no desde el conocimiento llano. Y la Sabiduría constituye, obviamente, el punto más alto y mayor de aporte de Valor.

8.- El Profesional de Valor sabe que el mayor tesoro que tiene sobre esta tierra se encuentra “entre sus dos orejas”, que la reflexión que se practica con paz de espíritu es el vehículo que convoca todo conocimiento y experiencia para hallar respuestas. Que no existe Problema que no tenga Solución o que, en definitiva “si no hay Solución, no hay Problema”. Cuando parece que todo se desmorona o nada fluye, el Profesional de Valor recurre al cerebro, porque ésta es sin duda la herramienta más poderosa que la naturaleza ha regalado al ser humano, y está allí justamente para servir cuando todo lo demás parece inútil.

9.- Sin la Actitud apropiada todo lo expuesto antes carece de Sentido. Pueden concurrir todos los factores citados, pero si la persona no entiende y asume que esto es efectivamente cierto y se encuentra a su alcance una vez que tome las decisiones adecuadas, nada saldrá del simple y vano postulado. Posiblemente la forma de resumir de qué se trata la Actitud apropiada sea afirmando que el Profesional debe precisamente CREER en una serie de cosas elementales:

  • Que él tiene la posibilidad de ser un Profesional de Valor.
  • Que la Capacidad está definida desde el momento mismo que llegamos a este mundo dotados de particulares dones, habilidades y talentos.
  • Que en la mayoría de los casos hace falta “muy poco” para distinguirse mucho de la media.
  • Que todo aquello que se siembra efectiva e indefectiblemente se cosecha.
  • Que puede ser “el mejor del mundo” en lo que hace.
  • Que el Empleo es una opción que existe para la realización del Valor, que no es ni el principio ni el fin de la historia, que de ninguna manera define el valor de una persona (la Capacidad de Producción lo hace).
  • Que si uno no construye, reconoce y califica su propio Valor, entonces permite que otro lo haga a su estricta discreción.
  • Que el Valor personal y profesional constituye el Activo más importante que existe.
  • Que en la Vida triunfa aquél que ha sido capaz de superar mejor los fracasos que otros.
  • Que la Vida vale la pena vivirse buscando lo mejor y sacrificando lo bueno.

El Profesional de Valor debe estar completamente convencido que Solo al que Cree le está reservado alcanzar la Victoria.

DATOS DEL AUTOR.-

Carlos Eduardo Nava Condarco, natural de Bolivia, reside en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, es Administrador de Empresas y Empresario. Actualmente se desempeña como Gerente de su Empresa, Consultor de Estrategia de Negocios y Desarrollo Personal, escritor y Coach de Emprendedores.

Autor del libro: “Emprender es una forma de Vida. Desarrollo de la Conciencia Emprendedora”

WEB: www.elstrategos.com

Facebook: Carlos Nava Condarco – El Strategos

Twitter: @NavaCondarco

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