Hoy en la mañana recibí un par de mensajes de un amigo empresario:
-Necesito ayuda- me comentó- tengo la propuesta de un amigo que quiere ser mi socio.
¿Socios? ¡Ese sí que es un tema importante!
Mi amigo me contó que la propuesta provenía de uno de sus mejores amigos, que ambos iban a poner capital y que tenía muchos cabos sueltos al respecto porque no sabía cómo iniciar.
Y no es para menos ¡Vaya que es un trabajo elegir correctamente un socio de negocios!
Déjame que te comparta que en mi primera empresa tuve cuatro socios al iniciar. Tres se fueron prácticamente al inicio y una, la última y prácticamente mi mejor amiga durante un par de años, se quedó dos años más y se retiró cuando la empresa tuvo su primera crisis significativa. En su momento me enojé bastante con ella y existió un distanciamiento derivado de toda la situación que tuvo como costo directo nuestra amistad. Ahora que puedo verlo de manera objetiva sé que el principal error en nuestra relación como socias no fueron las bajas ventas, ni las mínimas ganancias ni el trabajo mal dividido; fue principalmente una sola cosa:
Falta de CLARIDAD para comunicar lo que esperábamos mutuamente de la empresa y de nuestros respectivos papeles en ella.
Después, al crear mi segunda empresa, tuve la grandiosa idea de iniciarla con mi novio. No pusimos nada en claro; al menos yo: ¡estaba locamente enamorada! Meses después cuando terminamos, la empresa iba excelentemente bien y ¡tuvimos que seguir trabajando juntos! Para mí fue un reto absoluto el tener que verlo tan seguido como siempre y una verdadera tortura moderna tener que estar sentada junto a él muchos días donde justamente quería salir corriendo al lado contrario…. Y eso sin contar el tener que verlo tener citas y etc. ¿Qué fue lo que paso ahí? Objetivamente fue principalmente un asunto:
No habíamos DIVIDIDO el trabajo ni separado los ROLES profesionales y personales.
¿Ya te espante? No es mi intención hacerlo sino más bien PREVENIRTE sobre lo que sucede.
Ahora bien, esas dos son un par de MIS experiencias propias. Con mis amigos y clientes he visto otras historias aún más bizarras con las que algún día te prometo escribir un entretenido libro. Resumiendo un poco, he visto divorcios, enamoramientos, peleas entre hermanos, peleas padres e hijos, demandas, quiebras, abandono de empresas exitosas, división de marca y empleados… en fin: material de libro te digo.
Por todo esto es realmente IMPORTANTE, más aún si tienes una relación personal involucrada, que si vas a tener un socio de negocios tengas bien en claro los siguientes consejos:
1. Se honesto.
Si quieres aceptar a un socio en tu idea de negocio, hazlo y si no quieres no lo hagas. Igualmente si quieres aceptar ser el socio en una idea ajena hazlo si te convence y si no te convence no lo hagas. No importa si es solamente un conocido o si es tu pareja, tu hermano, tu mejor amigo, tu mamá, tu hijo o tu mascota de la infancia; dile realmente lo que piensas tranquila y amorosamente desde el principio y evítate gritárselo en forma de reproche seis meses después. Aquí te comento que por ejemplo al poner mi primera empresa dos de mis mejores amigos a los que invite como socios me dijeron “No Gracias” y aunque en un principio me ofendí un poco, esa honestidad ha logrado que hasta hoy seamos buenos amigos.
2. Di lo que esperas RECIBIR.
Si aceptas una sociedad por dinero, dilo. Si es por vocación, dilo. Si es porque es tu mamá quien te lo propone y solo quieres ayudarla, dilo también. Sé muy claro con cuáles son tus EXPECTATIVAS de dinero, de carga de trabajo, de renombre, etc. Aquí te pongo por ejemplo a la esposa de un cliente que muy claro le dijo que ella esperaba una muy buena ganancia de su trabajo, independientemente de su matrimonio, ella quería dinero. Él, que ya llevaba años corriendo el negocio antes de conocerla dijo: “Te amo, pero no gracias”. Ahora cada uno tiene su empresa independiente y a cada uno le va muy bien.
3. Di lo que estás dispuesto a DAR.
Si estás dispuesto a trabajar los 7 días de la semana o solamente los fines de semana, dilo. Quizás no quieras trabajar toda la semana y solo quieras enfocarte en la empresa 2 días pero estás dispuesto a poner 90% del capital inicial ¿Es eso válido? Dependerá de tus socios. Por ejemplo un amigo es el que se encarga de manejar por completo una empresa cuyo capital inicial fue aportado por otras dos personas que no realizan ningún trabajo; la empresa está dividida en tres partes iguales porque así lo decidieron todos.
4. Aclara y negocia el equilibrio entre tu aportación y tus ganancias.
Si estabas dispuesto a aportar todo tu tiempo pero entonces todos tus socios decidieron que el primer año no se pagaran un sueldo ¡Levanta la mano y recuérdales que comes! Igualmente si estás poniendo el 90% del capital inicial aclara que lo haces porque quieres el 90% de la empresa o el 60% o lo que sea que estés pensando. Todo dependerá de cómo NEGOCIEN tú y tus socios. Aquí recuerda, puede ser que aportes todo el capital pero si otra persona aporta todo el trabajo puede ser que incluso merezca más acciones de la empresa que tú.
5. Divide cargas de trabajo.
Te conviene ser lo más claro posible respecto a quién se encarga de cada cosa y qué persona es responsable de cada área. Si son varios socios pongan atención a la fortaleza de cada uno, a lo que les gusta y a lo que no les gusta. Busquen la automatización sea con personas o tecnologías.
6. Separa los ROLES personales y profesionales.
Si decides emprender con un miembro de tu familia, un amigo o -la prueba de pruebas- tu pareja, ten muy claro que el hecho de que se convierta en tu socio será un ROL DISTINTO y ADICIONAL. De esta manera, si deciden emprender juntos y la relación como socios no funciona o llega a su fin, la relación personal podrá seguir existiendo. Igualmente si son pareja y deciden paulatinamente no seguir siéndolo, podrán continuar siendo socios como personas maduras.
7. Aclara muy bien la inversión inicial y la división de la misma.
De nuevo, no se trata solo de dinero. De hecho, el trabajo humano, las horas de trabajo son muchas veces más valiosas que el dinero aportado al inicio. Esto lo aprendí en un curso de finanzas y también por años de experiencia propia y situaciones de otros empresarios y emprendedores. Por ejemplo: si al inicio tu pones 1000 dólares para una computadora pero tu socio trabaja 3 años de su vida y tú te mantienes a un lado ¿A quién le corresponden más acciones? ¿Quién se quedaría con qué en caso de terminar la sociedad? ¿Cuánto vale ahora tu inversión siendo que la computadora ya está depreciada?
Dicen que los buenos negocios son como los buenos matrimonios: se prepara el pre-nupcial y el acta del divorcio desde un inicio. Puede ser que el divorcio nunca ocurra pero si ocurre ya sabes exactamente qué te corresponde.
Cuentas claras, amistades largas.
En mi caso, mis dos empresas siguen en operación. En la primera la falta de claridad costó mi amistad con mi socia aunque nos saludamos amablemente si nos vemos. En la segunda empresa, logramos dividir adecuadamente todo y mantengo una excelente relación con mi socio; podemos movernos fácilmente de ciudad, estar juntos, estar separados y todo marcha perfectamente.
Este tema es muy amplio y espero continuarlo después en otra ocasión. Las empresas familiares son un sub-tema muy interesante que está relacionado.
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