Cuando viajamos por trabajo debemos atender a necesidades distintas de cuando viajamos por placer. Pero eso no significa que haya que renunciar a lograr un viaje cómodo. En este artículo encontrarás algunos consejos elementales para que tu viaje de negocios sea más agradable y llevadero.
1.- Escoge la maleta adecuada.
Tanto si necesitas una grande como una pequeña que no haga falta facturar, lo más importante es que tenga 4 ruedas que giren 360 grados. Son más funcionales y te facilitarán tus tránsitos callejeros o en aeropuertos y estaciones de tren.
Es adecuado que tu maleta tenga un forro interior para dividir entre el equipaje más relevante y el que menos o alguna estructura donde puedas apartar aquello que necesitas encontrar con más facilidad (documentos de trabajo, informes, acreditaciones…).
2.- Empaca por orden de relevancia.
No necesitarás tu pijama hasta que estés en el hotel a la noche, así que déjalo en el fondo de la maleta. Este es el ejemplo de que lo que menos uses puede estar menos accesible y, al revés, lo más necesario debes encontrarlo de inmediato, así que introdúcelo en último lugar en tu maleta.
Si llevas dispositivos electrónicos como portátiles o tablets, seguramente quieras tenerlos disponibles fuera de tu maleta, sobre todo si los usas para mantenerte online o para distraerte durante el trayecto. Lleva distintos importes de dinero en efectivo y copias de tu documentación personal y acreditación laboral en distintos sitios (cartera, maleta) por si se extraviara tu equipaje. Haz lo mismo con aquellos teléfonos o direcciones relevantes, además de guardarlas en tus agendas y dispositivos electrónicos.
3.- Sé previsor.
Identifica a tu equipaje con tu nombre y datos de contacto por si se extraviara. Asimismo, es conveniente que tengas un buen seguro de viaje. Si has comprado los billetes y reservado el hotel con tarjeta de crédito, la mayoría de ellas tienen un seguro asociado, infórmate de sus coberturas. Igualmente, si esos gastos corren por cuenta de tu empresa, infórmate de si estás asegurado por ella.
4.- El hotel y el vuelo.
En estos viajes prima la eficiencia y el ahorro de tiempo y dinero. Por eso muchas agencias de viajes ofrecen paquetes de precios reducidos en los que se combinan viaje y estancia del modo más barato posible.
Los vuelos a primera y última hora del día, si los trayectos son cortos, facilitan aprovechar la jornada al máximo y suelen ser más baratos.
En cuanto a hoteles, muchos de ellos se han especializado en ofertas integrales para clientes que viajan por trabajo y tienen salas de reuniones y conferencias que las empresas aprovechan, además de que procuran estar cerca de palacios de congresos y centros empresariales y facilitar el desplazamiento a sus huéspedes. Escoger el hotel adecuado puede ahorrarnos no solo mucho dinero sino mucho tiempo que dedicar a nuestras reuniones con clientes y compañeros.
5.- Tiempo de relax.
En toda jornada de trabajo es necesario un descanso. Un trabajador exhausto nunca es un buen trabajador. Muchos hoteles cuentan ya con gimnasio o spá, pero si prefieres salir de tu alojamiento, procura no irte lejos, ya que el tiempo es oro en un viaje de negocios. Es óptimo que hayas escogido un hotel cercano a alguna zona verde o sitio de interés al que puedas ir a pasear un rato.
6.- “No solo de pan vive el hombre”.
Aunque no aproveches el viaje para el turismo gastronómico, tampoco es bueno que te alimentes con cualquier cosa; las malas comidas afectarán a tu desempeño profesional. Procura respetar tus horarios habituales y huir de la comida rápida o pesada. Déjate aconsejar por tus anfitriones y, si aprovechas los almuerzos para negociar con clientes, recuerda no beber mucho alcohol y escoger restaurantes agradables donde puedas conversar con comodidad.
Los viajes de negocios bien organizados pueden ayudar a que veamos nuestro trabajo como algo más excitante y menos rutinario. Incluso ayudan a conocer de manera incipiente probables destinos para nuestras futuras vacaciones. Merece la pena atender a su preparación para que lo que podían ser unas jornadas extenuantes acaben siendo una espléndida experiencia personal y un éxito profesional.