Las palabras tienen poder porque constituyen la representación de un pensamiento y un llamado a la acción. Unas pueden destruir y otras convocar lo mejor que las personas tienen. Entre estas últimas hay algunas que tienen tanta trascendencia que pueden llamarse con toda propiedad “palabras mágicas”.
El detalle de estas palabras es un hermoso trabajo del autor norteamericano Frank Sonnenberg:
1.- Por favor.
Las “palabras mágicas” que incrementan toda posibilidad.
2.- Haré mi mejor esfuerzo.
La forma más simple y honesta de exponer predisposición.
3.- Significas mucho para mí.
Las palabras que evidencian uno de los anhelos más grandes que tienen todas las personas: el reconocimiento.
4.- Te lo mereces.
El acto básico de otorgar el galardón.
5.- Lo siento.
Las “palabras mágicas” que pueden sanar todo.
6.- Para eso están los amigos.
7.- Recordaré esto siempre.
La manifestación del agradecimiento que trasciende el tiempo.
8.- Estoy escuchando.
Posiblemente la virtud más escasa que hay: escuchar.
9.- Fue mi error.
Otra convocatoria maravillosa a la sanidad y la conciliación.
10.- Lo hiciste muy bien.
“Palabras mágicas” que acarician el alma.
11.- Ya está hecho.
12.- Yo me brindo.
La etiqueta del hombre propositivo.
13.- Viniste altamente recomendado.
Palabras sencillas que garantizan el compromiso.
14.- Estoy equivocado, tú estás en lo correcto.
Posiblemente las palabras más difíciles de exponer.
15.- Estamos en esto juntos.
La solidaridad no se brinda, se da.
16.- Cuento contigo.
Otra convocatoria al compromiso.
17.- Te amo.
“Palabras mágicas”… simplemente.
18.- Eres un gran amigo.
Las palabras que alguna vez deben acompañar los actos, por muy evidentes que estos sean.
19.- ¡Gran trabajo!
20.- Tú puedes hacerlo.
La forma más honesta de exponer confianza.
21.- Confío en ti.
Una forma hermosa de acudir a los demás y reconocer el valor que tienen.
22.- Estoy orgullo de ti.
Las palabras que nunca se olvidan.
23.- Aprendamos de esto.
24.- ¿Qué tienes que perder?
Las palabras que remecen argumentos equívocos.
25.- Tú haces toda la diferencia.
Las palabras que honran a los demás.
26.- Estoy muy agradecido.
El reconocimiento más humilde que hay.
27.- Finalizado.
28.- Acepto la responsabilidad.
Exposición de integridad, uno de los valores más escasos que hay.
29.- Es tú turno.
30.- Gracias.
Posiblemente la palabra más poderosa que existe.
31.- Puedes contar conmigo.
Las “palabras mágicas” que todos esperan.
32.- Compartamos esto.
33.- Haz lo mejor que puedas.
Las palabras que asumen la inversión del mejor esfuerzo pero admiten la posibilidad natural del error y el fracaso.
34.- Las personas buenas terminan primeras.
Palabras que reconocen el valor de la persona virtuosa.
35.- No te preocupes de eso.
36.- Una promesa es una promesa.
Otra convocatoria o afirmación de la integridad.
37.- Lo haré mejor la próxima vez.
Las personas excelentes transitan un camino que no termina nunca. No se cobijan en ninguna estación. La excelencia es una intención permanente de hacerlo cada vez mejor.
38.- Permíteme ayudar.
Disposición y servicio.
39.- Eres bienvenido.
40.- Escucha a tú conciencia.
Toda respuesta y todo veredicto se encuentran en el interior.
41.- Vamos a movilizar esto.
42.- Págalo más adelante.
43.- ¡Felicidades!
44.- Nunca olvides.
Ni lo bueno ni lo malo. Lo primero reafirma, lo segundo precautela.
45.- Yo lo hago en esta ocasión.
La exposición de una inversión simple y que paga siempre.
46.- Eres maravilloso(a).
Las “palabras mágicas” que agregan sentimiento al reconocimiento sincero.
47.- Amen.
¡Así sea!, para beneficio y bendición.
48.- Creo en ti.
(A veces es lo único que se precisa oír).
49.- Bienvenido a casa.
Los actos no siempre sustituyen palabras sencillas y de gran significado.
50.- Me enseñaste bien.
51.- Haz que suceda.
52.- Date una oportunidad.
53.- Fue un placer.
54.- Es tu turno.
55.- Yo te aprecio.
La vida es simple, aunque esto mismo es complejo de entender. La práctica honesta y repetida de unas cuantas palabras puede resolver los acertijos más oscuros, los desafíos más intimidantes y el peor dolor.
Hay “palabras mágicas” a disposición de todos. ¡Úselas!, tanto como pueda. No solo pueden cambiar su vida, tienen el poder de transformar el mundo que lo rodea.
(Fuente: “Frank Sonnenberg on line”, traducción y redacción Carlos Nava Condarco)
DATOS DEL AUTOR.-
Carlos Eduardo Nava Condarco, natural de Bolivia, reside en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, es Administrador de Empresas y Empresario. Actualmente se desempeña como Gerente de su Empresa, Consultor de Estrategia de Negocios y Desarrollo Personal, escritor y Coach de Emprendedores.
Autor del libro: “Emprender es una forma de Vida. Desarrollo de la Conciencia Emprendedora”
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