¡Bienvenido a un nuevo artículo de mi serie! Mi nombre es Gabriela Turiano y soy especialista en Marketing & Negocios Profesionales. Esta es mi pregunta de hoy para ti: ¿Sabes que si no utilizas correctamente internet y todas sus herramientas, puedes dañar seriamente tu credibilidad? Hoy vamos a conocer los cuatro ladrones de tu credibilidad y reputación para que los tengas bajo control!
4 ladrones de tu credibilidad y reputación – ¡y cómo mantenerlos bajo control!
Como bien sabes, Internet es una muy poderosa herramienta con la que puedes apalancar tu negocio profesional y así poder ofrecer tus servicios profesionales a más y más clientes, incluso en cualquier lugar del mundo. Pero algo que muy pocos emprendedores tienen en cuenta, es que también esta misma herramienta se convierte en un arma de doble filo si no sabes cómo aprovechar su poder para que juegue a tu favor, y por el contrario avanzas sin una estrategia correcta.
Es por eso que quiero contarte de estos “4 ladrones de tu credibilidad y reputación” para que, no sólo los conozcas, sino también aprendas a eliminarlos de tu negocio profesional para que puedas tener el éxito que esperas con tus clientes y tus servicios. ¿Preparado para conocerlos? Aquí vamos:
#1 – Una imagen poco profesional
Me encanta comenzar con este consejo porque creo que es uno de los más sencillos de resolver, pero a su vez su efecto es muy dañino cuando no está “bajo control”. Una imagen puede tener muchos componentes, pero hoy me voy a centrar en algo tan sencillo como tu foto. Una foto poco profesional es un gran ladrón de tu credibilidad.
Con eso no quiero decir que corras a hacerte una sesión fotográfica profesional (lo que no estaría mal, pero no es imprescindible) sino que trates de elegir una foto que refleje lo que eres. ¿Qué quiero decir con esto? La gente quiere conectar con otras personas. Somos seres sociales. La ausencia de una foto deja tus servicios en un plan totalmente impersonal, y eso no atrae a tus clientes. También olvídate de utilizar una foto “carnet”, de esas que te sacan cuando tienes que renovar tu documento de identidad o tu licencia de conducir (y que vaya uno a saber por qué, pero siempre sale espantosamente mal). No hace falta que te vistas como un empresario corporativo si no lo eres. En tu estilo, el estilo de tus clientes, una foto prolija, de buena calidad, clara y amena, reflejará lo mejor de ti y será lo primero que vean las personas cuando piensen en tus servicios.
Un último tip para este punto: no olvides sonreír. Esto es fundamental y te aseguro que marcará la diferencia en la forma en la que tus clientes recordarán el trabajo contigo.
#2 – Un caso de éxito demasiado “light”
Es muy habitual que cuando quieras crear tu imagen en Internet, quieras explicar algunos de tus logros y resultados obtenidos por tus clientes, a través de casos de éxito, historias y testimonios. Creo que es una excelente práctica y muy recomendada. Ni me voy a detener en mencionar que obviamente los testimonios deben ser auténticos y no inventados, porque ya estaríamos hablando de otro tipo de problemas.
Pero aún cuando tus clientes han realmente dicho cosas maravillosas de ti, aquí es donde puedes tener un problema. Por ejemplo: “Cuanto me ha gustado trabajar con Juanita, es realmente muy simpática y agradable”. Es un testimonio simple, pero ese no es el problema. El inconveniente es que habla de tus habilidades interpersonales o tus capacidades (que son imprescindibles también), pero no habla de lo que puedes hacer por tus clientes. Lo ideal es que puedan mencionar qué es lo que han obtenido, cómo ha cambiado su vida, qué resultados lograron, trabajando juntos.
¿Trabajas con temas muy complejos e “íntimos” y tus clientes pueden no querer darte un testimonio? Bueno, siempre están en su derecho de contar su experiencia o no, y eso debes respetárselo. Pero tampoco es necesario que cuenten cuestiones privadas o muy personales, la simpleza está en el enfoque que pueden darle. Por ejemplo: “Gané mucha claridad en lo que realmente quería hacer con mi vida, y pude tomar decisiones difíciles que venía postergando hace años, gracias a haber trabajado este año con Juanita”.
#3 – Información demasiado personal
Aquí voy a hacer una aclaración importante. Conectar con las personas muchas veces implica abrir un poco la puerta a algunas cuestiones personales, y eso no está del todo mal. En cierta forma, y aquí tú eliges qué espacio le das, esto te permite que las personas te vean como humanas, con necesidades e historias parecidas a las que podrían sentir. Es por eso que a mí me gusta contar a veces que me tomé unas vacaciones porque estaba muy cansada y necesitaba recargar pilas, o que tenía una semana híper complicada o hasta que había pasado un día en familia en tal o cual lugar. Esto es tu decisión, si lo cuentas o no, pero no es un problema.
Ahora bien, es bastante habitual que las personas decidan abrir una página de empresa en Facebook (para promocionar sus servicios o su negocio) y la dejen totalmente enlazada a su página personal. Aquí el problema surge si en tu perfil personal decides publicar ideas, comentarios, imágenes o incluso si te etiquetan en fotos en situaciones poco decorosas (aún cuando sean fotos antiguas). Una cosa es que tus clientes sepan que eres una persona con intereses reales, y otra muy distinta que vean tu lado “menos” profesional.
Por supuesto que todos tenemos nuestra vida privada y tenemos el derecho de vivirla como más nos plazca. Pero también tenemos el derecho de mantener esa privacidad y no mostrarla con quienes no tenemos una relación tan cercana. Una relación con un cliente nunca dejará de ser una relación profesional aún cuando haya una maravillosa conexión y un marco de plena confianza. Tu cliente necesita seguir sintiendo que frente a sí tiene un profesional 7x 24.
#4 – Una página web desordenada o muy “amateur”
La verdad es que respecto a este punto es harta información la que hay para discutir. Una página web es muchas veces el centro de acción cuando tienes un negocio en internet o cuando promocionas tu negocio por este medio. Así que no debes subestimar el poder que puede tener esta herramienta (tu web) para atraer o repeler posibles clientes.
En primer lugar, te voy a sugerir que seas muy ordenado en la información que quieres mostrar. Cuanto más simple lo mantengas, más vas a obtener resultados porque tus clientes encontrarán lo que fueron a buscar. Recuerda además que, como solía decir mi mentora, “mente confundida no compra”, con lo cual por más que le quieras dar decenas de opciones diferentes, terminarás por marearlo y finalmente se irá confundido y sin tus servicios. En segundo lugar, piénsatelo dos veces si quieres incluir avisos en tu página. Una cosa es tener algún que otro aviso, en algunas páginas o en tu blog, y otra muy distinta plagada tu web de publicidades de otros productos. Recuerda que tu página web es el centro de acción para que vendas tus servicios, no es una plataforma de contenido compartido cuyos clientes son quienes quieren poner avisos publicitarios.
Una página puede ser simple, sin “efectos especiales”, con un diseño sencillo y poco costoso. No es necesario que inviertas un dinero que no tienes en hacer una gran página web. Pero eso sí, es la cara de tu “oficina” en internet y no puedes permitirte que alguien te visite y sienta que no es un lugar donde le gustaría depositar su confianza y así contratar tus servicios. Recuerda, que recién estés comenzando con un negocio profesional (o al menos recién estés comenzando a exponerte en internet), no significa que tengas que lucir como un amateur o principiante.
Espero que esta reflexión por estos 4 factores que pueden influir en los resultados de tu negocio, te haya sido útil y hayas logrado darle una mirada diferente a los beneficios que puede traerte Internet, si es que realmente sabes utilizarla. Pero ahora me gustaría preguntarte algo: ¿Has tenido alguna mala experiencia respecto a alguno de estos factores, en tu negocio o en el de algún proveedor que hayas decidido no contratar? ¡Me encantaría que me cuentes tu opinión, en los comentarios más abajo!