Los últimos días he tenido una pregunta que se me repite constantemente:
-¿Cómo lo haces Susana? ¿Cómo te mantienes animada atreviéndote?
¡Vaya que me ha halagado esa pregunta! Supongo que algo debo hacer muy bien como para que varias personas consideren que siempre estoy animada y estoy atreviéndome a intentar cosas nuevas.
-Se nota que tú no conoces el miedo– me comentó otra empresaria que acabo de conocer y que me he topado en varios eventos- ojalá pudiera ser más como tú.
Me he quedado hasta muda por el tamaño de halago que me significo esa frase. Esta excelente mujer se me perdió entre la multitud antes de que tuviera oportunidad de contestarle.
¿Sabes que le hubiera respondido si hubiera tenido un par de segundos más?
Primero, que GRACIAS. Segundo que… no es precisamente cierto.
No siempre estoy animada. Todavía me falta mucho por aprender y atreverme. Y sí, sí conozco el miedo.
¡Vaya que a veces me tiemblan las piernas!
Déjame que te cuente que la primera vez que hice un gran evento hubo serios problemas de logística. Estaba saliendo de la Universidad y tenía un excelente equipo formado por varios de mis compañeros de carrera que eran de los mejores. Ese día, ante la inminente falla de logística al ser ejecutado el evento que habíamos planeado durante MESES, todos sacaron al líder que llevaban dentro y solucionaron distintas áreas.
Todos menos yo, que me paralicé en absoluto pánico y no supe que hacer.
Años después, cuando mi primera empresa empezó a dirigirse inminentemente a una crisis financiera por distintas razones, nuevamente fue el momento apropiado para tomar acción. Lamentablemente, nuevamente fue el momento en el que ¿Qué crees? No lo hice. Me quedé apanicada, no en todo pero sí en ciertas áreas trascendentales que pudieron hacer una gran diferencia.
No es algo que me enorgullezca pero ¡es la verdad! Y confrontarlo ahora me ha servido muchísimo, me ha ayudado a APRENDER de mí como no te imaginas.
Siguiendo con la historia; la tercera vez en mi vida que me paralicé por miedo fue cuando la crisis económica de mi empresa y mi vida me alcanzo hasta debajo de la cama donde había ido a esconderme. Ese fue nuevamente el momento de despertar pero…. no lo hice. Me deprimí un par de meses y no hice nada para solucionarlo; aprendí mucho y leí cosas muy útiles gracias a mi buena fortuna y a mis buenos amigos pero nadie NADIE pudo ayudarme a solucionar mis asuntos pendientes.
Nadie más que YO MISMA por supuesto, porque cada persona es responsable de su propia vida.
Fue mi amigo loco el que me ayudo a despertar de ese extraño letargo en el que estaba, una vez que yéndome a visitar y después de escuchar por milésima vez mis quejas y la dramática historia que en mi papel de víctima me había creado, me dijo:
– Te lo tomas demasiado en serio Susana, acepta que siempre habrá nuevas cosas que aprender, que es probable cometer errores y que la vida se trata de experimentar… ¡de vivir!
¿Y sabes? Como habitualmente sucede, tenía razón. Otro par de meses después, cuando finalmente pude empezar a ponerme de pie y TOMAR ACCIÓN, los problemas se habían ampliado, los intereses aumentado y en fin… el problema que había evitado por miedo a su magnitud había ahora sido ampliado tres veces más gracias a mi pánico paralizante.
Y ya no había más tiempo para detenerse ¿qué hubiera sucedido de haberlo hecho? Muchas cosas pero seguramente no desaparecería, créeme.
Contarte esta historia, que es muy personal, no es algo que me llené de orgullo. Seguramente mañana, cuando un par de mis colaboradores la lean, me dirán:
-¡¡¡Pero Susana ¿En qué estás pensando al compartir algo así?!!!
Bueno, estimad@ emprendedor@, estoy siendo completamente honesta contigo al compartírtela. ¿Para qué? Para que comprendas que también he sentido ese miedo que me has compartido que sientes. Para que comprendas que mi buen ánimo y mi creciente éxito no nacieron de la noche a la mañana, no aparecieron en mi vida por generación espontánea.
La felicidad es una decisión personal. El buen ánimo es un reto diario. El éxito implica inversión y trabajo.
¿Y sabes qué? Todo lo anterior es una EXCELENTE NOTICIA porque significa que ¡Tú también puedes lograrlo!
La primera pauta, entonces, para mantenerte positivo al emprender o desarrollar y dirigir una empresa– entendiéndose como tal a una norma que sirve para gobernarse en la ejecución de algo- es:
- Permítete sentir miedo pero comprende que el miedo no es un monstruo que te come
El miedo solo es miedo. ¿Lo estás sintiendo? No dejes que te detenga. No te lo imagines como un monstruo que va a llegar a comerte. No rechaces sentirlo, no te degrades a ti mismo por tenerlo. Está bien sentir miedo. Es normal, es en ciertos asuntos hasta recomendable. Extiéndele la mano cuando lo veas llegar, déjalo que se siente en tu oficina pero no te entretengas atendiéndolo y ¡sigue trabajando! Igualmente cuando tengas una genial GENIAL idea que te esté dando de vueltas en la cabeza, no permitas que el miedo te detenga de probarla. ¡PRUÉBALA! Atrévete ¿qué es lo peor que puede pasar? ¿Qué no funcione? Pues intentas otra y se acabó.
- Date permiso de cometer errores; concéntrate en aprender, encontrar soluciones o nuevas ideas.
Sea que tengas un Doctorado en Administración de Empresas o no tengas estudios te aseguro que vas a cometer uno que otro error al emprender. ¡Y está bien! Se vale que los tengas, es parte del proceso. Permite que todo fluya y toma esos errores, esas quejas de clientes, esas pérdidas de ganancias como parte del proceso para COMPRENDER que SÍ te conviene y que NO te conviene hacer; para mejorar cada uno de tus procesos. Y como me dijo a mi amigo loco ¡No te lo tomes tan en serio! No te detengas de más flagelándote por haber cometido un error; toma acción cuanto antes para solucionarlo, corregirlo y aprender como NO volver a cometerlo.
- Comprende que ERES TÚ MISMO quien decide QUIÉN ERES
Puede ser que hayas cometido errores, puede ser que los demás opinen que no vas a lograrlo o que estás perdiendo tu tiempo. La opinión que realmente cuenta sobre ti es la que TÚ mismo tienes. Decide ser un GANADOR y ACTÚA en función de ello. No permitas que alguien te diga que no puedes porque en el momento en el que te lo creas… será el momento en el que realmente no podrás hacerlo. Recuerda: tanto si crees que puedes como si crees que no ¡estás en lo correcto! Lo dijo Henry Ford.
Adicional a esto, después me encantará compartirte un par de hábitos que convienen en la vida de un emprendedor. Eso será después, en otro artículo.
La actitud positiva es algo tan importante que por eso te hago tanto énfasis, en distintos artículos y correos, al respecto. Desde mi experiencia, de nada sirven un montón de excelentes conocimientos técnicos y/ o especializados si no se cuenta con la actitud y automotivación necesaria para tomar ACCIÓN y aplicarlos adecuadamente. Llámame loca e idealista, es probable que tengas razón. Después puedo recomendarte a un par de EXCELENTES terapeutas con los que he tenido la fortuna de trabajar y estudiar a quienes debo mucho de mi conocimiento actual, si te interesa. Ya en mis próximos artículos me voy a volver a poner técnica, te lo prometo.
Te deseo un EXCELENTE día. Si celebras algún tipo de festividad religiosa próximamente pásatela de lujo y si no la celebras ¡También! Recuerda que cualquier duda, sugerencia, queja o comentario, será un placer leerte.
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Mañana me voy a una sesión de fotos de un lugar bello y natural; voy a estar subiendo las fotos a mi Twitter así que si quieres verlas puedes hacerlo siguiéndome a través de mi cuenta @susabaiza
¡Este mes es mi cumpleaños! Y creo que empiezo a hiperventilar, pero esa es también ¡otra historia!