Tener buenas ideas no siempre es señal de que vayamos a tener éxito profesionalmente, ya que hay muchos factores que condicionan la puesta en marcha de un proyecto empresarial y que pueden tener un efecto contraproducente en nuestra productividad.
Tan importante es la creatividad como la organización; si no potenciamos ambas virtudes, es probable que no aprovechemos todas las oportunidades que nos brinda nuestro entorno. Es decir, debemos olvidarnos de los condicionantes externos que están fuera de nuestro control y centrarnos en gestionar con eficiencia todo lo que esté a nuestro alcance.
Tal y como dijo el expresidente estadounidense Dwight D. Eisenhower, “un plan no es nada pero la planificación lo es todo”. Por lo tanto, explicamos algunos trucos para tener la mente más ordenada y potenciar al máximo las ideas que se te ocurran.
- Plasma de forma visual las ideas que te surjan
Un emprendedor suele pasarse las 24 horas del día dándole vueltas al coco para buscar nuevas vuelcas de tuerca a su idea original y encontrar diferentes ángulos. Se trata de un ejercicio absolutamente enriquecedor pero tiene un riesgo: el exceso de pensamientos puede hacernos perder ligeramente la perspectiva del dibujo global. Por lo tanto, es conveniente que cada vez que tengamos una idea nueva, la plasmemos de forma visual; ya sea escrita en un cuaderno a mano o utilizando algunas de las herramientas gratuitas que tenemos a nuestra disposición en la red, como los diagramas de flujo. Este tipo de recursos online nos permiten estructurar mejor nuestros pensamientos y conectar las diferentes ideas para darles cohesión. De este modo, poco a poco podremos ir matizando con mayor precisión nuestro proyecto.
- Elabora un horario y cúmplelo!
La absoluta libertad de los emprendedores y el hecho de no tener que ceñirse a unos horarios fijos es una espada de doble filo; por un lado, tenemos autonomía para explorar diferentes campos y potenciar nuestra creatividad, pero en cambio corremos el riesgo de caer en un sobreesfuerzo. Es decir, centrar los siete días de la semana en nuestro proyecto y no tomarnos los descansos adecuados. Eso es un gran error, ya que trabajar más horas no necesariamente implica ser más productivo. Es conveniente que organicemos un horario aproximado de ocho horas de trabajo durante la semana y dejemos los fines de semana libres. No solo rendiremos mejor si estamos descansados, sino que en muchas ocasiones las mejores ideas llegan cuando nuestra mente está más relajada.
- Márcate pequeños retos
Es normal que haya momentos que nos sintamos algo abrumados si empezamos a pensar a largo plazo. Craso error. Si bien es cierto que delimitar nuestro objetivo final es necesario al iniciar un proyecto, no podemos estar constantemente confabulando sobre el futuro. Como diría el tópico futbolístico: “hay que ir partido a partido”. Por lo tanto, podemos planificar mini retos para cada semana y mes, de modo que vayamos teniendo constancia de la evolución que va teniendo nuestro proyecto. Además, el hecho de tener que superar una meta cada semana es un aliciente para sacar lo mejor de nosotros mismos e ir consiguiendo resultados a corto plazo. Crear un negocio desde cero es un trabajo de hormigas: se requiere paciencia, esfuerzo e ir sumando de forma lenta pero constante.