Ser emprendedor no es para todo el mundo. Con esto no digo que ser emprendedor sea «mejor» que ser empleado o viceversa. Todos somos distintos y hay cosas que funcionan para unos que para otros serían impensables. Y eso está bien.
Si eres apasionado con tus ideas, te gusta asumir riesgos, inicias proyectos y además pones todo tu empeño en llevar esos proyectos a buen término, sin duda alguna son armas poderosas que posees para ser dueño de un negocio exitoso.
Todos comenzamos como emprendedores, dedicando buena parte de nuestro tiempo y energías en montar un negocio rentable y que funcione, y donde solemos aplicar las cualidades que te acabo de mencionar. ¿Pero qué pasa si queremos crecer?
Si comienzan a llegar más clientes, las demandas del negocio van creciendo, y poco a poco vas viendo que no alcanzas a cumplir con todo tú solo, es una de las señales de que podrías dar el paso de emprendedor unipersonal o autoempleado a dueño de negocio.
Para hacer esa transición, te doy unos tips que deberías considerar:
1. Ser dueño significa que además de pasión, se necesita trabajo y paciencia, saber que no es fácil y que los resultados no llegan de la noche a la mañana como por arte de magia. Se necesita entusiasmo para comenzar, pero es necesario perseverar con paciencia para alcanzar los objetivos que te has propuesto con tu negocio.
2. Hacer una planificación es fundamental saber desde donde partes y hacia donde llegas. Tener la idea de lo que quieres hacer es fundamental, pero no te olvides de que para concretarla se necesita un programa que te lleve del punto A al punto B. Esto te dará foco y sabrás exactamente qué hacer para cumplir tu propósito.
3. La idea de ser dueño es grata cuando dejas de hacer todo y empiezas a delegar funciones. Rodéate de personas que saben hacer su trabajo y dedica tu tiempo a asegurar que se obtengan resultados. Uno de los «males» que muchas veces padecemos los emprendedores es esa dificultad de transferir las funciones y tareas. Acostumbrados a hacer todo nosotros, siempre queriendo ser autosuficientes pueda que nos funcione hasta cierto punto, pero una vez alcanzado el límite no hará más que desgastarte, e incluso impedir que tu negocio crezca.
4. Organiza a un buen equipo de trabajo, motivado a lograr grandes cosas. Nadie llega a la cima solo, así que si te rodeas de personas verdaderamente motivadas y comprometidas a ayudarte a crecer tu negocio, tienes algo invaluable. No te preocupes si crees que no sabes bien cómo motivar equipos, eso se aprende poco a poco, con paciencia pero con el compromiso de ayudarle a tu equipo a crecer contigo.
5. Tener a tu equipo motivado y “en forma” es necesario, pero no olvides que tú lo eres para dirigir y hacer que las cosas funcionen. Aunque construyas un negocio más grande, no se te olvide que eres el principal activo de tu negocio, y si tú no estás bien, tarde o temprano eso se manifestará en tu negocio y sus resultados.
6. Aprende a leer los números, pues eso es algo que no se delega, tampoco se comparte. Como te he dicho antes, la idea es de donde parte todo, pero debes acompañar tu planificación con un correcto uso de los recursos con que cuentas en este momento. Maneja el presupuesto, así sabrás con qué capital cuentas y cómo lo vas a distribuir para que se cumplan los objetivos.
7. Aquí ten en cuenta un dinero que será capaz de soportar los gastos imprevistos. No siempre todo resulta como habíamos pensado o deseado, por lo tanto es bueno estar preparados para eventualidades. Sé que este punto puede ser difícil, y tener poco dinero en la cuenta no debería ser obstáculo para arrancar tu negocio, pero por ello es tan importante que planifiques y manejes tu presupuesto con eficiencia, de modo que poco a poco este fondo de emergencia vaya creciendo y te ayude a hacerle frente a imprevistos sin que eso afecte la continuidad de tu negocio.
8. Actualiza tus conocimientos, pues tu etapa de aprendizaje aún no ha terminado. Es más, quien nunca deja de aprender siempre está superándose a sí mismo. Aunque no quiere decir que para ser dueño de negocios necesites saber absolutamente todo, como el principal tomador de decisión necesitas tener una variedad de conocimientos para asegurarte de que los resultados de cada línea de negocio están siendo alcanzados, que la contabilidad está al día, el marketing de tu negocio está en un punto óptimo, etc.
9. Establece relaciones y afíliate a cámaras, asociaciones privadas y públicas donde puedas promover tu producto o servicio. La unión hace la fuerza, y eso un emprendedor y dueño de negocio debe saberlo a la perfección. Así que dedica tiempo a asistir a eventos de networking, congresos, afíliate a esas asociaciones que te ayudarán a ampliar tu red de contactos.
10. Asóciate con alguien que pueda fortalecer tu negocio, busca quien aporte en conocimientos, dinero, productividad… la idea es que no lo hagas solo. Pero recuerda, a la hora de decidir quién será o quisieras que fuera tu socio considera qué pueden aportar tanto ellos como tú al negocio.
Como te das cuenta, son aspectos sencillos de aplicar, mantén el enfoque de que es lo que quieres y cómo vas a hacer que suceda.
Ahora está en tus manos pasar de emprendedor a dueño de tu negocio. No te digo que será fácil o rápido. Cada quien decide hasta dónde quiere crecer, y toma decisiones en base a ello (sea que te quieras quedar autoempleado o convertirte en dueño de negocio).
Ambos tienen sus ventajas y desventajas, así que la clave está en decidir hasta donde quieres llegar e ir por ello.
Sea cual sea tu decisión, es vital que disfrutes el camino.
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